En esta era de comunicación no-comunicativa, informativa, en la que predomina el vínculo con el otro a través de mails, mensajes de texto y del chat, se pierde toda la riqueza que nos caracteriza como seres humanos.
Se pierde la voz, que comunica nada más ni nada menos que nuestros estados de ánimo, emociones con tan sólo atender al tono con que ésta se expresa. Sin embargo, no sólo se pierde esto, sino que también se desvaloriza la singularidad de cada ser.
Hoy una comunicación telefónica, y más si nos referimos al aparato fijo, cede lugar a la superficial vinculación cibernética que es funcional a la tendencia de “comunicarse” rápida y eficazmente. Así se pierde el verdadero contacto con el otro, el interés genuino por su persona. Sin contar que la oralidad desborda de sentido en relación con la limitada escritura del chat o del mensaje de texto, y que no es la misma atención que se pone cuando se habla con más de una persona a la vez.
La actual denominada “comunicación”, la que se realiza mediante las nuevas tecnologías es útil y necesaria en muchos casos, pero sin darnos cuenta la trasladamos a todos nuestros ámbitos. De esta manera, terminamos diluidos en un todo homogéneo en el que nuestras particularidades y las de nuestros interlocutores se desvanecen.
La verdadera comunicación es aquella en la que intervienen la voz, el cuerpo y todo nuestro ser.
Por eso, dejemos el vínculo cibernético para la comunicación a distancia y para las obligaciones y que no sea la única forma de hablar con el otro que está tan cerca de uno. Sí, esto lleva más tiempo pero vale la pena sentir cómo está el que está del otro lado.
Desde acá, resistiremos, no dejaremos que se apaguen las voces rebosantes de sentido y convocamos a aquellos que quieran seguir sumándose porque sabemos que hay mucho por decir y por hacer.
Florencia Bacarín
Si no te dan ganas de leer, podes hacer click acá y la escuchas desde nuestras dulces voces
lunes, 3 de agosto de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Muy buena editorial! ¡Brindo por eso!
ResponderEliminarBrindamos nosotros también (pero no antes de conducir el programa, sino no pasaremos el control de alcoholemia)
ResponderEliminar