Tras charlar con la Radio Progreso de Honduras, hicimos este audio para poder mostrar una pizca del sufrimiento del pueblo hondureño bajo la bota de la dictadura de Micheletti.
Fuera golpistas de Honduras!
Click acá para escuchar el audio.
domingo, 16 de agosto de 2009
Capítulo 7
Cuenta la historia que un viajero llegó a la orilla de un río muy grande. En el lado donde estaba, la orilla era peligrosa, aterradora y estaba habitada por bestias salvajes. Al otro lado la orilla parecía segura y sin peligros. Pero no lograba ver ningún puente para cruzar el río, ninguna barca. Entonces decidió construir una balsa con ramas de árbol, hierba y hojas. Y, sirviéndose de las manos y los pies, cruzó el río con la balsa. llegó a la seguridad de la otra orilla, que era tranquila y apacible.
Entonces se dijo: "Esta balsa me ha sido de gran ayuda. Me ha permitido pasar de una orilla a la otra. Estaría bien que la llevara conmigo a todas partes".
Y se alejó, con la balsa a cuestas.
Dicen que el Buda consideraba que aquel hombre, que cargaba con una balsa, estaba desprovisto de razón. Recomendaba a sus discípulos desembarazarse incluso de las cosas buenas, e incluso de una buena enseñanza, para evitar comportarse como locos.
Debemos aprender a ocuparnos de lo que es y despreocuparnos de lo que fue o de lo que podrá ser. Y aprender a encarar las circunstancias favorables y desfavorables sin tanto apego ni tanta aversión.
Hay una sabiduría de la vida que podemos suscitar, fomentar y desarrollar, y así saber desenvolvernos más ecuánime y habilmente con las circunstancias y situaciones que nos toca enfrentar cada día.
Entonces se dijo: "Esta balsa me ha sido de gran ayuda. Me ha permitido pasar de una orilla a la otra. Estaría bien que la llevara conmigo a todas partes".
Y se alejó, con la balsa a cuestas.
Dicen que el Buda consideraba que aquel hombre, que cargaba con una balsa, estaba desprovisto de razón. Recomendaba a sus discípulos desembarazarse incluso de las cosas buenas, e incluso de una buena enseñanza, para evitar comportarse como locos.
Debemos aprender a ocuparnos de lo que es y despreocuparnos de lo que fue o de lo que podrá ser. Y aprender a encarar las circunstancias favorables y desfavorables sin tanto apego ni tanta aversión.
Hay una sabiduría de la vida que podemos suscitar, fomentar y desarrollar, y así saber desenvolvernos más ecuánime y habilmente con las circunstancias y situaciones que nos toca enfrentar cada día.
Cuida tus deseos
jueves, 13 de agosto de 2009
Simón Antelaf y sus bombillas
lunes, 3 de agosto de 2009
Pobladores de Tilcara pierden dignidad y patrimonio
Hace un tiempo llegamos a esta nota y nos pareció importante hablar con los tilcareños para escuchar su voz en nuestros parlantes. Nos cuentan su verdad en esta entrevista:
Ya sabés como funciona...haciendo click aquí te va a llegar desde Tilcara a tus oídos la voz de los que los demás medios no escuchan
Editorial Capítulo 5: Comunicaciones
En esta era de comunicación no-comunicativa, informativa, en la que predomina el vínculo con el otro a través de mails, mensajes de texto y del chat, se pierde toda la riqueza que nos caracteriza como seres humanos.
Se pierde la voz, que comunica nada más ni nada menos que nuestros estados de ánimo, emociones con tan sólo atender al tono con que ésta se expresa. Sin embargo, no sólo se pierde esto, sino que también se desvaloriza la singularidad de cada ser.
Hoy una comunicación telefónica, y más si nos referimos al aparato fijo, cede lugar a la superficial vinculación cibernética que es funcional a la tendencia de “comunicarse” rápida y eficazmente. Así se pierde el verdadero contacto con el otro, el interés genuino por su persona. Sin contar que la oralidad desborda de sentido en relación con la limitada escritura del chat o del mensaje de texto, y que no es la misma atención que se pone cuando se habla con más de una persona a la vez.
La actual denominada “comunicación”, la que se realiza mediante las nuevas tecnologías es útil y necesaria en muchos casos, pero sin darnos cuenta la trasladamos a todos nuestros ámbitos. De esta manera, terminamos diluidos en un todo homogéneo en el que nuestras particularidades y las de nuestros interlocutores se desvanecen.
La verdadera comunicación es aquella en la que intervienen la voz, el cuerpo y todo nuestro ser.
Por eso, dejemos el vínculo cibernético para la comunicación a distancia y para las obligaciones y que no sea la única forma de hablar con el otro que está tan cerca de uno. Sí, esto lleva más tiempo pero vale la pena sentir cómo está el que está del otro lado.
Desde acá, resistiremos, no dejaremos que se apaguen las voces rebosantes de sentido y convocamos a aquellos que quieran seguir sumándose porque sabemos que hay mucho por decir y por hacer.
Florencia Bacarín
Si no te dan ganas de leer, podes hacer click acá y la escuchas desde nuestras dulces voces
Se pierde la voz, que comunica nada más ni nada menos que nuestros estados de ánimo, emociones con tan sólo atender al tono con que ésta se expresa. Sin embargo, no sólo se pierde esto, sino que también se desvaloriza la singularidad de cada ser.
Hoy una comunicación telefónica, y más si nos referimos al aparato fijo, cede lugar a la superficial vinculación cibernética que es funcional a la tendencia de “comunicarse” rápida y eficazmente. Así se pierde el verdadero contacto con el otro, el interés genuino por su persona. Sin contar que la oralidad desborda de sentido en relación con la limitada escritura del chat o del mensaje de texto, y que no es la misma atención que se pone cuando se habla con más de una persona a la vez.
La actual denominada “comunicación”, la que se realiza mediante las nuevas tecnologías es útil y necesaria en muchos casos, pero sin darnos cuenta la trasladamos a todos nuestros ámbitos. De esta manera, terminamos diluidos en un todo homogéneo en el que nuestras particularidades y las de nuestros interlocutores se desvanecen.
La verdadera comunicación es aquella en la que intervienen la voz, el cuerpo y todo nuestro ser.
Por eso, dejemos el vínculo cibernético para la comunicación a distancia y para las obligaciones y que no sea la única forma de hablar con el otro que está tan cerca de uno. Sí, esto lleva más tiempo pero vale la pena sentir cómo está el que está del otro lado.
Desde acá, resistiremos, no dejaremos que se apaguen las voces rebosantes de sentido y convocamos a aquellos que quieran seguir sumándose porque sabemos que hay mucho por decir y por hacer.
Florencia Bacarín
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